viernes, 20 de abril de 2012

Cradle to Cradle. No lo veas negro: el futuro es verde.

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Como ya anticipé en la página de La arquitectura del objeto en Facebook, os quiero hablar del "Cradle to Cradle". Es un concepto que descubrí hace poco, y del que ya se está hablando como la base de una nueva Revolución Industrial. 

"Cradle to Cradle" se traduce literalmente por "de la cuna a la cuna". Es una nueva concepción de las bases ecológicas, basándose en la biomimetización de los procesos industriales. Parte de la base de que en la naturaleza no existen residuos, sino que todo forma parte de un ciclo perfectamente equilibrado. Dice que el ser humano no es dañino por su cantidad, sino porque no sabemos interrelacionar nuestra actividad con la naturaleza de forma amigable. Como le escuché hace unos días al Dr. en materiales Javier Peña -: "Las hormigas son más y no por ello más dañinas"

"Las hormigas son más que nosotros, y no por ello más dañinas". Javier Peña.

El término "Cradle to Cradle" (también "Cradle2Cradle" o "C2C") fue acuñado en los años 70 por el arquitecto suizo Walter R. Stahel, relacionándolo con la construcción sostenible. El modelo actual se basa en procesos industriales investigados por la Agencia de Incentivación de la Protección Medioambiental (EPEA) en la década de los 90. El modelo se impulsó a partir del año 2002 gracias al libro "Cradle to cradle: Remaking the way we make things", escrito por el arquitecto estadounidense William McDonough y el químico alemán Michael Braungart

En la actualidad, el término "Cradle to Cradle" está protegido como un sistema de certificación asignable a la industria en un amplio abanico de posibilidades. Se puede certificar un material, un producto, un proceso, o incluso toda una empresa. 

Logo de la certificación "Cradle to Cradle".

En el modelo C2C, todos los materiales usados en procesos industriales son separados en dos categorías: nutrientes técnicos y biológicos. Los nutrientes técnicos están estrictamente limitados a elementos "no tóxicos", elementos sintéticos sin efectos negativos sobre el Medio Ambiente, que pueden utilizarse en continuos ciclos sin perder sus cualidades. Los nutrientes biológicos son materiales orgánicos que, una vez usados, se pueden descomponer de forma natural. 

El modelo implica un control exhaustivo del proceso industrial del producto, de los materiales que lo componen, de la gestión energética etc., con el fin último de no producir ningún tipo de residuo. Los cinco puntos principales a cumplir para obtener la certificación C2C son los siguientes: 

  • Se debe identificar la composición química de los materiales utilizados en el proceso industrial, no pudiendo ser dañinos para el medio ambiente.
  • Se deben poder aprovechar y reutilizar los materiales, tanto de desecho, como aquellos que componen el producto definitivo. 
  • Se deben utilizar energías limpias. 
  • Se controla el uso del agua, evitando su contaminación y derroche.  
  • Se defienden unas prácticas laborales justas.

Esquema de funcionamiento del "Cradle to Cradle". 

Hoy en día ya hay muchas empresas, productos y materiales certificados como C2C. Implica un gran esfuerzo, una reestructuración de los procesos industriales, pero el resultado es altamente beneficioso. Cada vez se valoran más las prácticas medioambientalmente sostenibles y estamos girando en esa dirección. 

Con respecto al diseño de productos, un ejemplo es la silla de oficinas "Think" de Steelcase. Ha sido diseñada respetando de forma íntegra cada paso en el ciclo de vida del producto: elección del material, proceso de fabricación, transporte, uso y final de vida. El 37% de la silla está hecho de material reciclado, y el 98% es reciclable en peso. Se puede desmontar fácilmente, pudiendo ser reciclada diferenciando materiales. 

Silla "Think" de Steelcase. Certificada con un C2C Gold.

Sobre la utilización de materiales ecoamigables, podemos poner como ejemplo desde aquellas empresas que utilizan tintes de origen orgánico en sus productos, hasta laboratorios que desarrollan nuevas opciones. La que más me ha llamado la atención es este nuevo concepto de plástico: el plástico oxo-biodegradable. Quizás es debido a la mala imagen que tiene este material, considerado como uno de los más dañinos para el medio ambiente. 


Espero que esta entrada os ayude a ver que otro futuro es posible, y que os anime comprobar que ya hay personas andando hacia esa dirección.

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domingo, 8 de abril de 2012

Jean Prouvé, el constructor de ideas prácticas

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Hoy es el 111 aniversario del nacimiento de Jean Prouvé. Soy una amante de su obra, y no quería dejar pasar la oportunidad sin homenajear a este gran profesional en un día tan señalado. Fue una persona tremendamente polifacética. Cuando a una de sus hijas, Catherine Prouvé, le preguntaban en la escuela a qué se dedicaba su padre, ella se quedaba pensativa sin saber qué contestar. ¿Arquitecto, ingeniero, artesano, diseñador? Hoy en día lo describe como "Un genio que era todas las cosas a la vez, un visionario cuyas manos eran tan importantes como su cerebro".  

Jean Prouvé (1901-1984)

Jean Prouvé nació en París, hijo del pintor Victor Prouvé. Cuando cumplió 15 años, comenzó su formación como aprendiz de metalistería en París. Tras finalizar el servicio militar fundó su propio taller bajo la designación de "herrero artístico" en 1923. Es aquí donde comenzó con la fabricación de mobiliario hecho a base de finas láminas de metal y fabricados mediante soldadura electrónica, una nueva técnica en ese momento. Pronto llamó la atención de arquitectos de renombre, entre ellos Le Corbusier. Les encargaban piezas para sus edificios. Prouvé utilizó una técnica para sus sillas denominada "tube aplati", que consistía en aplanar el metal tubular en las partes que soportaban un mayor esfuerzo para así mejorar la estabilidad. 

Sillón Grand Repos, diseñado mediante el sistema "tube aplati", 1928-1930.

En la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París de 1925 fue galardonado con el Diploma de Honor por su diseño útil y ajustable producido con técnicas avanzadas para la época. El sillón Grand Repos es un claro ejemplo de ello, debido a su revolucionario sistema de regulación de la posición mediante muelles. De este sillón debemos destacar también la definición de los reposa-brazos, que se alargan convirtiéndose en las patas traseras.  

En 1929 fue miembro fundador de la UAM (Unión de Artistas Modernos), y posteriormente fundó la "Société des Ateliers Jean Prouvé" con un gran taller en Nancy en el que invirtió en la maquinaria más moderna para martillear y doblar acero. La mayoría de su producción fue destinada a usos institucionales, con una gran gama de mobiliario de oficinas y escolar.  

Escritorio para la Compañía Parisina de Electricidad. 1935. 

Escritorio para colegios.

En 1944 fue elegido alcalde de Nancy y en 1947 fundó "Les Ateliers Jean Prouvé". Era una gran fábrica de ingeniería que atrajo la atención de muchos jóvenes arquitectos, llegando en 1950 a los 200 empleados. Sentía un profundo respeto por la gente que trabajaba con él. Repartía los beneficios de forma equitativa para que los propios arquitectos, ingenieros y obreros pudieran invertir en sus propias ideas y desarrollarse profesionalmente. Fue en ese mismo año cuando fue nombrado Caballero de la Legión de Honor. 

Jean Prouvé sentía un gran compromiso social con su tiempo. Su idea era aunar estética y producción industrial, llegando a crear elementos de calidad al alcance de todos. Debido a su gran reconocimiento en vida, el valor económico que llegaron a alcanzar sus obras siempre le supuso una contradicción. 

Con respecto a la arquitectura, hizo valer el muro cortina y el sistema de celosías que permitía respirar a los edificios. Optimizó el uso del acero y la madera. Uno de los proyectos de los que se sentía más orgulloso era la casa 6x6, una vivienda modular que proyectó para dar cobijo a los millones de refugiados y deshauciados tras la Segunda Guerra Mundial. 

Casa 6x6

Jean Prouvé era un artesano que dominaba su oficio y disfrutaba enormemente de su trabajo, cuidando en cada obra producida hasta el último detalle independientemente de la escala. 


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miércoles, 4 de abril de 2012

Cuando la arquitectura cogió de la mano al diseño

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Hace tiempo que quería escribir esta entrada y pensé que hoy era el día perfecto. La arquitectura del objeto cumple un mes, acumulando un total de 2200 visitas repartidas entre muchos países. Me siento tremendamente feliz al ver como se está cumpliendo el objetivo de crear un lugar de encuentro donde exponer mis inquietudes a la par que se crea un debate constructivo.  

Debido a una experiencia personal, hoy quería hablar sobre la relación entre el diseño y la arquitectura. Hace un par de meses leí un comentario en internet que decía que los arquitectos que diseñaban productos les estaban quitando las competencias a los diseñadores industriales. Eso me hizo reflexionar sobre la relación entre la arquitectura y el diseño. No hay más que coger un libro sobre mobiliario destacado del siglo XX, para comprobar que gran parte fue creado por arquitectos. El diseño y la arquitectura siempre han ido de la mano.

Los orígenes del diseño se remontan a la aparición de la producción mecanizada durante la Revolución Industrial. La concepción y planificación de los productos se diferenciaron dentro del proceso de fabricación, pero todavía estaban alejadas de cualquier base intelectual o teórica, ejerciendo un escaso impacto sobre la naturaleza del proceso industrial. El diseño moderno surgió gracias a los diseñadores reformistas del siglo XIX, en particular a William Morris, que intentó unir teoría y práctica mediante la fundación del movimiento Art & Crafts. La labor de William Morris no obtuvo resultados inmediatos a causa de los medios artesanales de producción que utilizaba, pero sus ideas reformistas ejercieron un impacto fundamental en el desarrollo de los movimientos posteriores como el Art Nouveau o, más tarde, el Movimiento Moderno

En el Art Nouveu (Modernismo en España o la Jugendstil alemana), las obras de arquitectura se empiezan a plantear como un todo. Cobra gran importancia las definición de los espacios integrando la solución detallada de todos los elementos que componen un edificio mediante la colaboración de arquitectos y artesanos. 

Casa Tassel de Victor Horta, Bruselas. 1892-1893.

Existe una anécdota que refleja bien este fenómeno. Como examen final de carrera, a Antoni Gaudí (máximo exponente del modernismo español) se le pidió que proyectara un cementerio. Él empezó dibujando las calesas que transportarían los féretros, debido a su convicción de que la obra de arquitectura era una conjunción de todos los elementos que afectaban a la percepción final del espacio. Esto incluye el mobiliario. De hecho Gaudí reflejó esto en su obra mediante la cuidada definición de los interiores de sus edificios y el diseño de los muebles. 

Interior de la Casa Batlló, Gaudí. 1904.

Banco Batlló, Gaudí. 1904.

El diseño moderno no se implantó hasta principios del siglo XX basándose en las ideas reformistas como la supremacía de la utilidad, la simplicidad, la responsabilidad moral de los diseñadores y la teoría de que el diseño podía y debía usarse como herramienta democrática para lograr un cambio social. Todo esto marcó el desarrollo del Movimiento Moderno. Fue ganando importancia la idea de que las máquinas eran un medio para llegar a un fin y que para que la reforma llegara a todos debía adoptarse el proceso industrial. Esta vinculación entre arquitectura y la producción industrial quedó definitivamente vinculada mediante la aparición de la Deutscher Werkbund en 1907. Era una asociación mixta de arquitectos, artistas y diseñadores industriales. Su lema era "Vom Sofakissen zum Städtebau" (Desde los cojines de los sofás a la construcción de las ciudades). Fue precursora de  movimientos como el Constructivismo ruso o De Stijl. 

Casa Schröder, de Gerrit Rietveld, 1924.

Interior de la Casa Schröder, Gerrit Rietveld. 1924.

Al mismo tiempo nacieron escuelas como la Bauhaus. Ésta fue fundada por Walter Gropius con el objetivo de producir un trabajo que unificara preocupaciones intelectuales, prácticas, comerciales y estéticas a través de la actividad artística y del aprovechamiento de nuevas tecnologías. Tuvo un impacto enorme en la evolución del Movimiento Moderno gracias a su apuesta por el funcionalismo, los métodos industriales de producción y los materiales de última innovación como el acero tubular. La visión de la obra arquitectónica como un todo, en el que se utilizaba un diálogo coherente de todas sus partes, se convirtió en sinónimo de modernidad. La gran destrucción de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo como consecuencia la necesidad de reconstruir las ciudades devastadas de forma rápida, se convirtió en la bomba expansiva de este movimiento. 

Interior del Pabellón de Alemania en Barcelona, Mies van der Rohe. 1929.

Le Corbusier jugó un papel clave en la promoción de estas ideas mediante su concepto de vivienda como "máquina de habitar", en el que entendía la vivienda como una máquina, un objeto útil fabricado mediante el ensamblaje de piezas industrializadas.  

A lo largo del siglo XX, los arquitectos han sido a la vez diseñadores industriales. Se han educado en la idea de un todo, teniendo como referencias movimientos fundados a la par por arquitectos, artistas y diseñadores. Es por esto por lo que al pensar en el mobiliario destacado del siglo XX, se nos vienen a la cabeza nombres como Mies van der Rohe, Marcel Breuer, Gerrit Rietveld, etc. 

Los arquitectos al fin y al cabo son desarrolladores de productos. Llevamos implícito un profundo conocimiento del más puro sentido del diseño. Si nos remontamos a los primeros tratados sobre arquitectura, vemos cómo Vitruvio sostiene que ésta descansa sobre tres pilares: "Venustas, Firmitas y Utilitas". Belleza, firmeza y utilidad. Al arquitecto se le ha educado para proyectar en base a la conjunción entre la forma y la función, la practicidad y la belleza. Nuestros materiales son el acero, el hormigón, la piedra, pero también la luz, el color, los vacíos y los llenos... Hemos desarrollado una gran capacidad para crear teniendo en cuenta el buen desarrollo de las soluciones técnicas sin perder de vista la habitabilidad y el confort. Al fin y al cabo creamos productos que funcionen. Los puntos del complejo funcional de Victor Papanek para el diseño industrial (la función es un equilibrio entre utilización, necesidad, telesis, asociación, estética y método) son tan aplicables a la arquitectura como los pilares de Vitruvio al diseño industrial. Al fin y al cabo es una diferencia de escalas. Por lo tanto no es de extrañar la potente presencia del profesional arquitecto dentro del mundo del diseño.

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