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Coincidiendo con el 105 aniversario del nacimiento de Oscar Niemeyer, continuamos con el homenaje a su vida y obra desde sus propias palabras. En este caso, desde 1940 hasta 1960.
A principios de los años 40, Mies tenía su propio estudio junto con Reidy, Jorge Moreira y Helio Uchoa en la calle Porto Alegre de Río de Janeiro.
"En 1944 mudamos nuestra oficina a la calle Conde de Lages, nº 25. Desde las ventanas veíamos como pasaban los viejos pregoneros con sus gritos -:"Helado, helado", "Dulce de leche Soberano"... Me encantaba esa casa. Me recordaba a hace muchos años cuando, aún siendo estudiante del Colegio Barnabita, caminaba por allí con mis colegas. Recuerdo el bar de la esquina, al hombre con la bandolina, a las mujeres caminando por la calle con aire contestatario".
Estudio de Niemeyer en la calle Conde de Lages
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"Siempre fui un rebelde. De familia católica, había olvidado los viejos prejuicios. El mundo me parecía injusto, inaceptable. La miseria se multiplicaba como algo natural e inaceptable. Me uní al Partido Comunista, abracé las ideas de Marx, y así sigo hoy".
"El proyecto para la sede de las Naciones Unidas fue redactado por un comité de diez arquitectos, dirigido y organizado por el arquitecto estadounidense Wallace Harrison en 1947. Cada arquitecto presentó su solución, que fueron discutidas por todos los miembros durante las reuniones diarias con el fin de determinar la que serviría de base para el diseño final. Fue entonces cuando el viejo maestro me habló sobre sus preocupaciones. Sentía que su proyecto (el nº 23) había sido mal entendido y temía que si yo presentaba una solución, estaría contribuyendo a la confusión. Cada uno de los arquitectos presentaron su propuesta. Yo era el único que dudaba, ya que Le Corbusier me había recomendado -:"No hagas nada. De lo contrario, estarás participando en la confusión." (...) Una tarde, Harrison me llamó a su oficina. Esperaba que presentara mi solución y al decirle que no quería competir con Le Corbusier, Harrison respondió de inmediato -:"Oscar, no has sido invitado para ayudar a Le Corbusier, sino para presentar un proyecto, al igual que todos los demás". Durante esa semana no hice nada y sólo empecé a trabajar después de que el propio Le Corbusier me convenciera, ya que todo el mundo estaba esperando a mi trabajo para tomar la decisión final. Estaba tan familiarizado con el ejercicio de las Naciones Unidas que terminé mi proyecto (el nº 32) en tres días. A la semana siguiente, el comité escogió mi propuesta. (...) Tuve la impresión de que había contribuido a la denegación del proyecto de Le Corbusier, por lo que fui a Harrison pidiéndole insistentemente que realizara un examen nuevo y reconsiderara su diseño. -:"No te preocupes, Oscar. Está bien". Fue con estas palabras con las que el maestro terminó el asunto. Aún así, al día siguiente, Le Corbusier me pidió que aprobara un cambio en mi proyecto. (...) Yo no estaba de acuerdo. Sin embargo, decidí contentarlo. Mi único deseo era darle todo mi apoyo, por lo que decidimos unir nuestros dos proyectos en uno que clasificamos como 23-32".
Sede de las Naciones Unidas en Nueva York
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En 1954, Niemeyer realizó su primer viaje a Europa, invitado a participar en la Exposición Internacional de Arquitectura de Berlín (Interbau), junto con otros 15 arquitectos de renombre internacional, como Le Corbusier, Arne Jacobsen, Max Taut y Walter Gropius. Inaugurada en 1957, su objetivo era la remodelación del barrio "Hansa" (Hansaviertel), como parte de la reconstrucción de Berlín después de la Segunda Guerra Mundial.
" Descendimos en Italia. Fuimos a Roma, Florencia, Venecia y Lisboa, y luego viajamos hacia París, donde Vinicius de Moraes nos esperaba en la estación. Estuvimos tres días en París, una semana en Checoslovaquia, un mes en Berlín, y finalmente, Moscú (...) Una semana más tarde volvimos a Brasil, a recordar París, los Campos Elíseos, el antiguo Sena. Roma, con sus monumentos, Venecia, la Plaza de San Marcos llena de gente, como una gran sala protegida; Berlín, el hotel Van Zoo (...) y Moscú, sede de los hombres que aman la paz y la libertad".
Oscar Niemeyer en su primer viaje a Europa |
En 1956 fue invitado por el Presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, a proyectar la nueva capital de Brasil; y nombrado Director del Departamento de Urbanismo y Arquitectura de Brasilia.
"Comencé a meditar sobre Brasilia una mañana de septiembre de 1956, cuando Juscelino Kubitschek se bajó de su coche en la puerta de mi casa, y me invitó a que lo acompañara a la ciudad, explicándome el problema durante el viaje. Mi primera reacción fue de interés, tanto profesional como emocional, por lo que este hombre me inspiraba. Vi la preocupación de un viejo amigo con el que estaba vinculado por otros trabajos, otras dificultades y por una larga y fiel amistad. A partir de ese día comencé a vivir en función de Brasilia".
Oscar Niemeyer con el presidente Juscelino Kubitschek en 1959 |
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